16 Uzbekistán - Jiva

La parte antigua de Jiva está perfectamente acotada, rodeada por una muralla perfectamente conservada, y está llena de vendedores de recuerdos perfectamente organizados, todo demasiado perfecto, como un pequeño parque de atracciones recién abierto.
En el interior de esta muralla hay un montón de edificios antiguos muy interesantes, casi todos bastante restaurados, y aunque a veces parece que todo es un decorado para el turista vuelves a poner los pies en el suelo cuando mezclado con este museo al aire libre descubres que hay viviendas austeras, de gente normal que vive su día a día, que le da un poco de credibilidad a esta ciudad.
Uno de los hallazgos más sorprendentes fue encontrar algunos jardines de acceso público, en algunas plazas, en medio de una calle ancha, en los que las plantaciones no eran de flores o árboles para dar sombra sino huertos con enormes pimientos, tomates, etc.
Por lo demás, no sé explicar con palabras la sensación de pasear por un sitio en el que los olores, los colores y hasta los sonidos son tan cautivadores... hay que ir y sentirlo.
Sentir el color dorado de los ladrillos al atardecer...
...el olor a carne a la brasa en cada pequeño restaurante...
...los niños pidiendo que les hagas una foto...
...el ritual del té a cualquier hora del día...
...el silencio sepulcral de la noche...
...las historias que susurran las viejas puertas de madera...
...el azul de la cerámica, y el del cielo...
...el saludo con la mano en el pecho de un anciano sentado a la puerta de su casa...


En Jiva coincidí con Itziar y Pepe, aunque en aquel momento yo aún no lo sabía.
Itzi podría ser una de las protagonistas de la película ‘Los Idiotas’ ;-) Un día descubrió la liberación que supone hacer el imbécil en los ascensores, da igual que suban o bajen.
Pepe es cordobés y, sin querer caer en generalidades, casi todo lo que ello conlleva.
Curiosamente todo esto lo descubrí cuando les conocí una semana más tarde en Tashkent, donde coincidimos en un hotel.
Un abrazo a los dos!

De Oca a Oca y estoy en Turquía de nuevo

En concreto en Horasan, un pueblecito llegando a Erzurum desde la frontera entre Turquía e Irán.
Es la primera conexión decente que encuentro en muchas semanas, pero no he parado aquí precisamente para actualizar el blog :-)
He parado aquí porque es el primer sitio al que he llegado después del contratiempo de esta noche.
Quería llegar a dormir a Erzurum. Estaba conduciendo por una carretera de montaña a unos 2200 metros. Está completamente nevado y el termómetro marcaba 7 bajo cero.
Aún así la aguja de la temperatura ha saltado por los aires así que he frenado en seco. Me he puesto toda la ropa que he podido y he salido a ver qué carajo pasaba!
El tapón de... no sé como se llama, solo sé dónde está, bueno, ese tapón que se quita para poner anticongelante y/o agua... pues ese tapón no estaba, creo que ha saltado por los aires, y supongo que después del tapón le habrá seguido el agua y el anticongelante. (que iban mezclados por cierto, es eso una salvajada?)
He salido con una linterna a buscar el tapón por la carretera, pero casi me quedo congelado así que he rellenado con agua el circuito, he apañado un tapón provisional con cinta americana y unas bridas, y mientras tiritaba de frío he rezado durante 30 kms. Los que han pasado hasta que he llegado aquí.
Por suerte este pueblecito es más ´completo´de lo que pensaba, y tiene tiendas, bares, restaurantes y algún hotel.... Éste en el que estoy es muy barato, las habitaciones no tienen baño, la pintura de las paredes está que se viene abajo, las alfombras tienen muchas historias que contar... pero hay calefacción. Y wi-fi! ¿?

Espero encontrar unos días de tranquilidad para contar las batallas de Irán, Pakistán e India.