domingo, 28 de agosto de 2011

08 Capadocia - Nemrut - Erzurum

Salimos de Goreme en dirección a Nemrut para ver las famosas cabezas de piedra.
Si os fiáis de Wikipedia podéis buscar allí la información sobre este lugar.
En cuanto a la parte objetiva, yo puedo decir que ir subiendo esa pista ya pone los pelos de punta. Está en medio de la nada, entre valles y montañas teñidos de mil tonos de marrones que cambian rápidamente porque las nubes ocultan el sol de repente.
Dicen que la mejor hora para verlo es el amanecer, que ahora se produce hacia las 5 de la madrugada.
Pero causas ajenas a nuestra voluntad, es decir un profundo sueño, nos impiden llegar a esa hora. Así que aparecemos en la cumbre a las 11:00 h.
Por suerte todos los autobuses de turistas madrugadores ya se han ido así que tenemos el lugar para nosotros solos.

Aquí hay que pagar entrada:


Llegando a la cima:


El último tramo hay que subirlo andando:


Y éste es el premio, una obra misteriosa en un entorno sobrecogedor:





Desde aquí nos dirigimos a Erzurum. Seguimos circulando entre montañas, pasando puertos de 1500 a 1800 metros, y en el camino nos encontramos que la carretera llega de golpe a un lago.
Para seguir el camino hay que coger una barcaza que sale cada 2 horas y te lleva a la orilla opuesta:





En Erzurum tenemos que terminar algunos detalles de la furgo, esos que no tuve tiempo de resolver antes de salir de casa.
Así que localizamos un peculiar sastre, Alí, que cosió la tela de la funda de la rueda de repuesto, y las fundas para los colchones.

Tienda de Alí:






El ayudante de Alí nos llevó a un carpintero que nos preparó un par de estanterías para el interior del armario.



Erzurum es una de las ciudades donde la gente es más estricta con el Ramadán, así que durante el día todos los locales de comidas están cerrados. Excepto uno, que tiene un cartel en la puerta en el que se lee ‘abierto para viajeros y turistas’. Y allá fuimos, claro, porque a más de 30 grados no aguantamos sin echar un trago!





martes, 23 de agosto de 2011

07 Ankara - Capadocia

En el camino entre Ankara y Capadocia pasamos una noche en un parking junto al lado salado de Tuz. Anuncian camping gratis y duchas... No hay duchas, pero hay un parking donde puedes pasar la noche sin que nadie te moleste.
Eso sí, por la mañana hay decenas de autobuses de turistas.





Al llegar a Goreme fuimos directos al Camping Goreme que ya conocíamos. Siguen los mismos dueños, pero el camping ha mejorado mucho. Ahora es camping - aqua park. Recuerdo la piscina de agua verdosa de la última vez...

Entrando en Capadocia, Parque de Goreme:



Camping Goreme:



Conocimos a Memis en un garito de Goreme una tarde que fuimos a comer un kebab. Es una persona extrovertida y la conversación surgió fácil. En seguida nos dedicó su tiempo y nos enseñó las nociones básicas para jugar al Backgammon.

Memis:



Memis empieza su trabajo de albañil a las 8:00 de la mañana.
A las 10:30 se toma un descanso para tomar el té con sus compañeros, y después sigue trabajando hasta la hora de comer, las 12:30.
Vuelve al tajo a las 13:30 y termina a las 17:00h.
Ahora está trabajando en un hotel medio excavado en una roca.
Esto no nos lo queremos perder y Memis nos invita a pasar por la obra al día siguiente, y tomar el té con él y sus compañeros.
A las 10:30 en punto de la mañana siguiente nos presentamos en la obra. De las 15 personas que hay trabajando solo 3 siguen el Ramadán, así que el resto conversa alegremente mientras bebe té y fuma durante el descanso de 10 minutos.
Después nos enseñan todos los rincones del hotel que están construyendo. Será de 16 ó 18 habitaciones, aún no lo saben porque aquí no hay arquitecto, ni proyecto... Los propios albañiles, que tiene mucha experiencia en este tipo de construcciones, van excavando la roca y en función de cómo la vean deciden dónde es mejor picar, y entonces el edificio va tomando forma.
Primero vacían la roca con una martillo neumático, y luego lo ajustan a sus medidas definitivas con un pequeño pico manual.





Cuando Memis termina de trabajar en la obra se va al campo a relevar a su padre, que lleva 8 pastoreando las ovejas. Y a las 20:00 las recoge.
Compran las ovejas cuando aún son pequeñas y las venden 4 veces más caras cuando han crecido.
La mayor parte del año Memis y su padre sacan a las ovejas al campo, pero en invierno los prados están nevados así que alimentan a sus animales con pan viejo.

El tercer trabajo del día de Memis empieza cuando ha recogido sus animales, y consiste en servir a los turistas en el garito en el que le conocimos. Les sirve, charla con ellos, y te hace pasar un rato agradable. En este trabajo no le pagan con dinero sino con el pan que sobra cada día, que es el que sus ovejas comerán en invierno.

En Goreme seguía esa mezcla de furgo-escarabajo VW que vimos hace años:


Aprovechamos para desayunar tranquilamente, dar un paseo en quad y tirarnos en medio de la nada a ver atardecer:






martes, 16 de agosto de 2011

06 Estambul - Ankara (II)

Issabelle, Jordi y Miguel querían gestionar algún visado en Ankara. Nosotros también teníamos algunos pendientes.
Así que nos metimos todos en el Defender y salimos dirección a la capital. La VW y la bici se quedaron en Estambul.



Los Tres Mosqueteros volverán allí haciendo autostop, y nosotros tiraremos hacia Capadocia.

Después de unas cuantas horas de carretera paramos a comprar algo de comida en una tienda que acabó por convertirse en un improvisado restaurante. Los dueños parecían encantados de tener invitados.



Por fin llegamos a Ankara, de noche.
Aparcamos junto a unos jardines que tienen pinta de ser una urbanización privada, donde Issabelle cocina arroz, huevos y ensalada. Al terminar de cenar nos echan, no podemos dormir allí.





Encontramos una Mezquita con un parking delante y un poco de césped, donde íbamos a dormir protegidos por Alá. La policía no debió pensar lo mismo porque a la una de la noche llegó una patrulla, puso la sirena y las luces y nos ‘desalojó’ de allí.

Nos llevaron a comisaría, comprobaron los pasaportes, y con una patada en el culo nos dijeron, en turco, que durmiéramos en otro sitio. Creo.
Escogimos un cuidado césped para poner los sacos de los Mosqueteros.



El día siguiente fue un ir y venir a embajadas, Turkmenistán, Azerbaiyan, Tayikistán, Kirguistán...
Los detalles están en 01 Visados y otros Trámites

Descubrimos una Ankara más Occidentalizada que la última vez, aún. Enormes barrios nuevos con un altas torres de viviendas, centros comerciales con tiendas de lujo, Ferraris, minifaldas, y bastante poco Ramadán...

05 Estambul - Ankara (I)

Miguel tiene 25 años y lleva varios días en el parking de caravanas del campo de fútbol de Estambul.


Llegó reventado después de pedalear 80 días desde Madrid, pero no le dejaban quedarse en el parking. Como no tenía muchas más fuerzas para seguir buscando un sitio se dejó caer en el suelo y dijo: de aquí no me muevo. Y aquí sigue.
Está de camino a Australia en una bici en la que lleva 70 kilitos de equipaje. Para semejante viaje estuvo entrenando en un carril bici de Pozuelo, ida y vuelta, ida y vuelta, ida y vuelta, imagino que cientos de kilómetros.
El día que definitivamente salió de viaje la familia y algunos amigos fueron despedirle a la puerta de su casa. Imagino los besos y abrazos, incluso lágrimas. La preocupación de una madre...
Según él mismo cuenta, se subió a la bici y se puso a pedalear por el carril bici que tantas veces había recorrido durante su entrenamiento. Pero no había preparado demasiado la ruta y al terminar el carril bici no sabía por dónde se iba a Australia así que tuvo que preguntar cuál era la carretera a Barcelona.


Issabelle y Jordi, volaron a Alemania con billete de ida. Y volvieron con una preciosa VW y otro billete de ida: esta vez a India, y por tierra.


La VW parece sacada del garaje cada día. Está impoluta, recién pintada, ordenada y muy limpia. Da igual que intentes cogerles desprevenidos: corres de improviso hasta ella, miras por la ventana, y parece que acaban de salir de casa rumbo a la aventura.
A Issabelle la encuentras detrás de un montón de tatuajes que recorren su cuerpo. Es belga y habla español perfectamente. Le gusta cocinar, y por lo que pudimos comprobar lo hace realmente bien.
Jordi es interiorista. Se libró de un marrón (por culpa de la crisis) en el último momento, y al ver las orejas al lobo decidió poner tierra de por medio, en concreto la que hay entre El Raval e India, que es a donde se dirigen.
Su aparato se le calienta demasiado fácil, hablo de su furgo claro, así que llegando a Estambul con el calor del verano decidieron quedarse aquí esperando tiempos más frescos. Llevan 3 semanas y quizá aguanten una o dos semanas más.

Mientras estos tres Mosqueteros (con cariño chavales!) compartían sombra y charla en el parking, nosotros nos fuimos a recorrer la ciudad.
Ya habíamos estado antes pero teníamos algunas visitas pendientes. Tampoco puedo contar yo nada nuevo sobre Estambul. En los libros está todo escrito así que mejor consultarlo allí.
Además, agosto debe ser el peor mes para venir a Estambul. Está lleno, lleno, lleno, lleno, pero llenísimo de gente. Hay colas para entrar en cualquier sitio y se hace casi imposible aislarse del bullicio si quieres visitar el centro. Claro que si te gusta el bullicio es fantástico.
Lo más interesante fue ver cómo los musulmanes practicantes ocupaban cualquier rincón de la ciudad una vez escondido el sol para comer y beber, después de todo un día de ayuno a más de 30 grados. Están en el Ramadán.






Detrás de la Mezquita Azul está el Four Seasons, con una terraza impresionante y unas alucinantes vistas sobre el Bósforo, la parte Asiática de Estambul, Santa Sofía, y la propia Mezquita Azul.
Frente a este exclusivo hotel está el hotel Alaturka. Mucho más modesto, con las cervezas a mitad de precio pero con una terraza similar a la del Four Seasons.