domingo, 8 de enero de 2012

31 Atravesando Pakistán, de vuelta a casa




En Pakistán no está el horno para bollos. Al venir hacia India necesitamos 5 días de conducción, unas 10 horas al día al volante, y 4 días escoltados.
En Queta la policía no nos dejaba salir del hotel después del anochecer, por seguridad.
En esta situación mi plan para el camino de vuelta es cruzar el país lo antes posible.
Preveo otros 5 días, el primero sin escolta. Así que me mentalizo para pasar otras 10 horas al volante cada día, y llegar de nuevo a Irán, a disfrutar de los kubidés y demás joyas gastronómicas.

Día 1
Llego a la frontera India-Pakistán a primera hora y la cruzo sin problemas y relativamente rápido.
En esta parte norte del país aún no me van a escoltar, la carretera es muy buena, así que mi primer objetivo es conducir sin parar hasta Multán, donde si todo va bien me encontraré con un amigo que casualmente llega hoy en avión puesto que se viene a trabajar aquí unos meses.
A media tarde llego al hotel donde él se alojará. Es un hotel de lujo con vigilantes armados y alambrada de espino a la entrada del parking. Me abren el paso y aparco.
Pregunto en recepción el precio de una habitación; decido que dormiré en el Defender.
Hace 6 años viajé con Xabi a Pakistán. En este viaje Hacia Nepal él me acompañó durante las primeras semanas y aunque sé que se moría por seguir en la aventura tuvo que volver a su trabajo en Italia. Curiosamente ese mismo trabajo ahora le trae de vuelta a Pakistán... y yo estoy aquí el día que él llega!

Día 2
Según mi previsión hoy me parará la policía, me obligarán a ir escoltado, y el ritmo será lento así que sólo haré 400 kms. Probablemente llegaré a Sukkur, cerca del río Indo.
Así que salgo temprano del hotel, a las 6:00 a.m. y pongo rumbo al Sur.
Carretera buena. Primeros kilómetros a una velocidad alta. Me cruzo con varios coches de diferentes cuerpos de policía, pero ninguno me para. Algunos miran extrañados pero para cuando reaccionan ya me he alejado de ellos.
He salido con el depósito y el estómago llenos, así que no me detengo para nada.
A las 15:00h llego a Sukkur, sin escolta y casi sin diesel.
Paro a repostar y comer algo, y decido seguir hasta Queta. Sé que la carretera dejará de ser medio buena para convertirse en mala y luego horrorosa, y además ya no me voy a librar de la escolta así que en caso de llegar a Queta lo haré tardísimo.
Salgo de Sukkur a las 15:15
Paso por delante de varios coches de policía parados a los lados de la carretera. Se sorprenden de verme sin escolta, y esa sorpresa les deja paralizados, así que yo a lo mío.
Consigo llegar a Queta sin escolta, a las 22:00 h...! Voy directo al Bloom Star Hotel.
Acabo de ganar un día de vida.
El dueño del hotel se sorprende de que llegue sin escolta, y me advierte que al día siguiente no me libro, él mismo llamará a la policía para que vengan a buscarme a primera hora.

Día 3
Dicho y hecho, a las 9:00 aparecen dos tipos en una ridícula moto. Antes de salir de la ciudad ya he cambiado 3 veces de escolta.
Entramos en el desierto de Baluchistán. El paisaje es increíblemente precioso y es una pena tener que conducir con esta tensión por los posibles peligros, porque el coche de la poli va demasiado rápido o demasiado despacio, porque a veces la escolta te dice que ellos han llegado al final de su jurisdicción y que debes conducir 10 kms hasta el siguiente puesto de control, pero pasan 80 kms y no ves a nadie...
A medida que me alejo del centro del país y me dirijo al Oeste noto que los medios con los que cuenta la policía van empeorando. Las primeras escoltas eran 4 ó 5 soldados en Toyotas y Nissan nuevos. Luego vienen con coches cada vez más destartalados. A éstos les siguen las escoltas en moto. Y por útlimo aparecen unos abueletes muy mayores, a pie, mascando todo tipo de sustancias, a los que tengo que llevar en mi coche.
Se acomodan en el asiento, apoyan la culata en el suelo, y al rato, entre el calor, la monotonía y el aburrimiento se quedan dormidos, con el cañón apuntando directamente a su cabeza... En algún momento me veía llamando al Señor Lobo...
Después de 8 horas llego a Dalbandín. Los policías me ofrecen cenar y dormir en la comisaría, pero me apetece ir al hotel, darme una ducha, cocinar algo y descansar.

Día 4
Los escoltas han dormido en el parking junto al Defender. Por la mañana salimos temprano para recorrer los 300 últimos kms. La carretera es muy buena pero hay algunos contratiempos...
Voy escoltado por una patrulla en un pick up. Llego a un puesto de control así que la escolta se da la vuelta y vuelve por donde me ha traído. Escribo mis datos en un cuadernito, firmo y listo, ya podemos seguir. Pero el coche que me tiene que escoltar no tiene diesel, está aparcado sobre la arena del desierto con el capó abierto, y más parece un coche abandonado que otra cosa. Echo una ojeada alrededor; estamos en mitad de la nada. De dónde coño van a sacar diesel... ... ... pues sí, los polis me preguntan si puedo darles un poco del mío!?
No me puedo creer lo que está pasando. Me están escoltando porque dicen que éste es un territorio peligroso y acabo tirado debajo del coche sacando diesel por el filtro mientras los polis bromean con una ligera expresión de apuro.
Saco unos litros pero no son suficientes para que su coche arranque así que les propongo llevar al escolta en mi coche. Aceptan. Pero ahora mi coche no arranca. No entiendo nada de mecánica pero intuyo que ha entrado aire en el circuito... Los 3 polis quieren intentar arrancarlo, pero ninguno lo consigue.
Finalmente a uno de ellos se le ocurre una idea, empujar el Defender. Lástima no haber hecho ninguna foto porque la estampa lo merecía; un enorme desierto de arena, un coche de policía sin combustible, un turista montado en su Defender, y 3 policías empujando para poder arrancar...!
A primera hora de la tarde llego, por fin, a la frontera. Mientras relleno los papeles para salir del país vuelvo a pensar en lo enrevesado que está el mundo y espero que algún día pueda pasar por aquí con más tranquilidad, sin escolta, sin temores, disfrutando de tantas maravillas que ahora solo he podido ver desde la ventanilla.


Uno de los escoltas que se quedó dormido. Y hay quien dice que el Defender es incómodo! :-)


viernes, 6 de enero de 2012

30 Nepal

Nepal, ay, Nepal... porque a este blog le llamé Hacia Nepal, no?
Hacia Nepal he venido, pero definitivamente tendré que esperar a la siguiente ocasión para visitar dicho país. Todos los imprevistos surgidos durante el viaje han hecho que llegara a India con retraso según el plan previsto, así que para visitar Nepal tendría que haber pasado de puntillas por India, gestionar el visado, el permiso del coche y quizá alguna otra sorpresa.
Ya han sido muchas fronteras, muchas prisas, y mucho pasar de puntillas por algunos lugares, así que no me hizo falta consultarlo con la almohada: Nepal tendrá que esperar.

El bagaje hasta el momento es realmente bueno a pesar del drástico cambio de ruta (una verdadera pena) y del multón en Armenia. El resto de contratiempos no han sido graves. El coche ha ido de maravilla y la salud no se ha resentido.
¿Qué más se puede pedir?

Así que en este punto comienza el regreso. Y comienza potente, cruzando de nuevo los dos mil kilómetros de Pakistán, pero esta vez en solitario. Supongo que el primer día me libraré de la escolta, pero a partir de ahí serán 4 días lentos y largos, hasta llegar a Irán.


Pasan tantas cosas y tan rápido durante un viaje, todo es tan nuevo, tan excitante y tan diferente a la rutinaria vida, que el tiempo se estira y lo que sucedió unas semanas atrás parece muy lejano. Así que no está de más recordar los buenos momentos...

Grecia



Turquía




Georgia


Armenia


Uzbekistán




Irán



Pakistán



India



miércoles, 4 de enero de 2012

29 India (VII) Udaipur

De los pueblos y ciudades que he visto en India, Udaipur es una de las menos sucias. Sus céntricas calles no apestan e incluso pude ver varios contenedores de basura.
Pero por desgracia el Lago Pichola está hecho un asco. En las fotos esto no se aprecia, por eso siempre había imaginado que estos sitios serían frescos y agradables, donde poder darte un relajante baño.



Una mañana mientras desayunábamos en la orilla de este lago se acercó un grupo de jóvenes indios que buscaba conversación. Mientras charlábamos no dejaban de tirar cosas al lago, el paquete de tabaco vacío, una botella, algún papel... Les preguntamos por qué hacían aquello y si no les daba pena tener el lago en aquel estado. Sonreían sin saber qué responder, levantando los hombros como si nosotros fuéramos los raros. Solo cuando les insistimos para que miraran el borde del lago parece que fueron conscientes de que aquello era un vertedero. Pero tampoco les importó mucho.



El Palacio Museo de la Ciudad.





Rincones




Figuritas hechas con mierda de perro ¿?

28 India (VI) Jaisalmer

Camino a Jaisalmer...


...se cruzó un enorme grupo de camellos.


El colorido y la piedra de la ciudad nos dejó boquiabiertos.
















martes, 3 de enero de 2012

27 India (V) Pushkar

Vista general de Pushkar desde la terraza de un restaurante. Al fondo se ve el monte en cuya cima está el Templo Savitri.


Allí subimos andando con intención de ver amanecer, aunque aquel día empezó nublado.


El Lago y los Ghats.











Pequeño Oasis donde acampamos, en el mismo centro de Pushkar.





Mientras estábamos en Pushkar se celebró la Feria del Camello, a la que acudieron miles de personas con sus camellos. Allí se compraban y vendían los animales y toda clase de accesorios para ellos.


Mientras tanto, los monos vigilaban desde lo alto de los edificios.