lunes, 5 de septiembre de 2011

09 Erzurum (Turquía) - Tbilisi (Georgia)

Una vez que terminamos los temas pendientes en Erzurum nos dirigimos hacia la frontera con Georgia, pasando por unas carreteras de paisajes espectaculares.
Y como hace mucho calor y hay que beber mucho, de vez en cuando hay que parar a un lado de la carretera...

Últimos kms por Turquía hacia la frontera con Georgia.



Ya por la noche llegamos a Çildir, y paramos a dormir en una gasolinera peculiar.


Aquí conocimos a Zeti, un profesor de wrestling que chapurrea algo de inglés y nos ofrece su casa para desayunar a la mañana siguiente. A pesar de su gran tamaño y aspecto de ‘bruto’ es un tío muy amable, alegre y simpático.
Su casa está en una aldea cercana a la gasolinera así que por la mañana preguntamos por él a un vecino y enseguida nos indica cómo llegar.

Camino a la aldea de Zeti donde nos esperaba un desayuno espectacular.


Zeti vive por temporadas entre esta aldea donde nació; en Antalya donde tiene un restaurante para los turistas que abarrotan la costa durante el verano; y en Estambul donde entrena a chavales que quieren practicar wrestling.
Dice que a pesar de haber viajado por media Europa, y de vivir varios meses al año en una ciudad tan interesante como Estambul, su lugar preferido es esta pequeña aldea, donde vive tranquilo con su familia.
Las parcelas de la aldea están divididas por el estiércol que los vecinos recogen y ponen a secar al sol.


Hace dos años Zeti construyó él mismo una nueva casa en la que ahora vive con su madre, su tío, su mujer, sus dos hijos y su hermano.
Cuando llegamos a su casa todos nos están esperando, sonríen alegres mientras nos saludan mil veces.
Después de descalzarnos, por supuesto, entramos en casa y charlamos largo y tendido. Gurjan, el hermano de Zeti estuvo unos meses en Londres estudiando inglés así que casi todas las conversaciones pasan por él, que hace de traductor entre sus familiares y nosotros, y viceversa.
Gurjan tiene 28 años, ha estudiado economía, y le gusta viajar. Dice que las chicas de las ciudades son muy complicadas y está buscando novia en la aldea, en la que hay 200 habitantes.
Él no desayuna con nosotros porque estamos en el Ramadán y cree que el ayuno le ayudará a purificar su interior.
La mujer de Zeti tampoco prueba bocado. Ni sus hijos.
Zeti en cambio no para de comer. Dice que es ateo y que la culpa la tiene su tío, al que llama ‘revolucionario’, y que a nuestro lado tampoco deja de hincar el diente a todo lo que hay en la mesa: huevos cocidos, salchichas, tomates, quesos de diferentes tipos, yogurt, té, pan, mantequilla, mermelada casera...
La madre de Zeti dice que ella tampoco come durante el Ramadán, pero un rato después se sirve unos tés y come unas tostadas explicando que la diabetes le obliga a ello.

Cuando le contamos que queremos ir a Baku para cruzar el Caspio llama a un amigo suyo que es militar allí, y además trabaja cerca del puerto. Este hombre le informa que hay barcos a Turkmenbasi todos los días a las 15:00 y a las 17:00. Zeti nos da los datos de contacto de su amigo para que le llamemos una vez que lleguemos. Una muy buena noticia que luego no tendrá la más mínima importancia puesto que ni siquiera podremos entrar en Azerbaiyán.



Zeti también nos informa que la frontera que pensábamos cruzar entre Turquía y Georgia está cerrada, así que tendremos que ir hasta la siguiente, unos 150 kms más al Oeste.

Después de intercambiar correos, teléfonos, etc, y con el estómago lleno, seguimos rumbo a Georgia.
Llegamos al puesto de control turco y nos encontramos una valla cerrada a cal y canto, y nadie en las garitas de vigilancia. Esperamos unos minutos y a unos cuentos metros vemos pasar un tipo vestido de uniforme al que hacemos gestos para que nos abra.
Se acerca y nos pide que le ayudemos a empujar la verja, él solo no puede.

Nos sellan el pasaporte, firmamos un par de documentos y nos dejan salir de Turquía.

Vamos hacia el puesto de control de Georgia:
- Turistas?
- Sí
- Ambulancia? –preguntan mientras señalan el Land Rover
- No, caravana
Pasaporte, nos hacen una foto con una webcam, sello..
- Welcome to Georgia

Así de fácil. Y gratis.

Desde la frontera hasta Tbilisi, la capital, vemos un montón de pueblos y ciudades en los que no parece que haya crisis del ladrillo sino todo lo contrario, están construyendo cientos de edificios de viviendas. Barrios enteros que son casi pequeñas ciudades se extienden por las afueras de las ya existentes.


La carretera no es muy buena en los primeros kms. Luego mejora algo, pero en mitad de una autopista de 4 carriles te puedes encontrar un agujero del tamaño de un saco de patatas.
Llegamos a Tbilisi y por supuesto nos dedicamos a catar la cerveza local mientras esperamos que llegue la hora de recoger en el aeropuerto al nuevo integrante del ‘Comando Caucásico’.

Tbilisi.